Leopoldo Marechal
(Aunque ninguna lección escrita del filósofo lo corrobore, la tradición oral conservada por sus discípulos nos enseña que Samuel Tesler vivía en este mundo como en un hotel deplorable en el cual —según afirmaba tristemente— se hacía él, desde su nacimiento, una cura de reposo integral para restablecerse del cansancio de haber nacido. Si se le preguntaba el origen de aquella fatiga rebelde a cualquier tratamiento, el filósofo la daba como resultante de las numerosas reencarnaciones que había sufrido él desde la bipartición del Hermafrodita original, pues declaraba solemnemente haber sido faquir en Calcuta, eunuco en Babilonia, esquilador de perros en Tiro, flautista en Cartago, sacerdote de Isis en Menfis, puta en Corinto, usurero en Roma y alquimista en el París medieval. Interrogado cierta vez en el café «Las Rosas» de Villa Crespo sobre si un trabajo cualquiera no lograría mitigarle el hastío de tantas y tan diversas transmigraciones, contestó Samuel Tesler que el trabajo no era una virtud «esencial» de la naturaleza humana —ya que el todopoderoso Elohim había creado al hombre sólo para el ocius poeticus—, sino un menoscabo «accidental» introducido en ella por obra de la indócil «costilla separada»; y que siendo él, Samuel Tesler, un hombre afirmado en las esencias, mal podía condescender al azar de un accidente que le recordaba el ingrato episodio del Paraíso. Cuéntase que otra vez, en la glorieta de Ciro Rossini, un vendedor de colchas reabrió ante Samuel Tesler el manoseado litigio de la Cigarra y la Hormiga , y que el filósofo, no sin antes expresar su desdén por los animales invertebrados y los vendedores de colchas, defendió heroicamente la bandera de la Cigarra, a cuya salud bebió en seguida tres copas de vino siciliano. Y como el vendedor de colchas insistiese aún en preguntarle cuál era la economía ideal, respondió Samuel Tesler que la del pájaro, único animal terrestre capaz de convertir diez granitos de alpiste que comía, en tres horas de música y en un miligramo de estiércol.)
Fragmento de Adán Buenosayres , de Leopoldo Marechal , fallecido el 26 de junio de 1970.
Fragmento de Adán Buenosayres , de Leopoldo Marechal , fallecido el 26 de junio de 1970.
Ya ha aparecido el nº 6 de la revista NarrativasComentarios
El 26 de junio de 1892 nacía Pearl S. Buck
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