"De la musique avant toute chose"
Íbamos en el tren, y una señora vestida de amarillo, como una gallina amarilla, cayó entre las dos filas de asientos, que se cambiaron repentinamente en una especie de platea, disgustada y espantada. Algunos abandonaron el teatro.
Yo, como hipnotizado por la agonía, me puse a observar ese pecho que subía y bajaba, y la cara que el espasmo y el ahogo transformaban en un carnaval de caretas sucesivas cada vez más trágicas. Poco tiempo después vinieron algunos, tomaron el pulso, auscultaron y se fueron a pedir socorro. Pero yo vi que el labio superior se replegaba en una mueca y se levantaba como la tapa de un piano de juguete. Los dientes blancos, cuadrados, fuertes, y uno que otro negro alternando. Puse mis dedos en ellos y como nada resonara, ni en la laringe ni en el vientre: "Está muerta" dije.
De La muerte y su traje
Santiago Dabove
Yo, como hipnotizado por la agonía, me puse a observar ese pecho que subía y bajaba, y la cara que el espasmo y el ahogo transformaban en un carnaval de caretas sucesivas cada vez más trágicas. Poco tiempo después vinieron algunos, tomaron el pulso, auscultaron y se fueron a pedir socorro. Pero yo vi que el labio superior se replegaba en una mueca y se levantaba como la tapa de un piano de juguete. Los dientes blancos, cuadrados, fuertes, y uno que otro negro alternando. Puse mis dedos en ellos y como nada resonara, ni en la laringe ni en el vientre: "Está muerta" dije.
De La muerte y su traje
Santiago Dabove
3 comentarios
eMe -
http://www.eldigoras.com/eom/2002/tierra07mlz06.htm
Un saludo.
Sergio -
Amanda -