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Vicente Aleixandre

Vicente Aleixandre Hace 19 años, el 14 de diciembre de 1984, se apagaba en Madrid una de las mejores voces de la poesía española: Vicente Aleixandre, que siete años antes había visto recompensada su trayectoria con la concesión del premio Nobel de literatura.
Rescatamos este poema, que abre su libro Espadas como labios y cuyo título es precisamente,

Mi voz

He nacido una noche de verano
entre dos pausas. Háblame: te escucho.
He nacido. Si vieras que agonía
representa la luna sin esfuerzo.
He nacido. Tu nombre era la dicha.
Bajo un fulgor una esperanza, un ave.
Llegar, llegar. El mar era un latido,
el hueco de una mano, una medalla tibia.
Entonces son posibles ya las luces, las caricias, la piel, el horizonte,
ese decir palabras sin sentido
que ruedan como oídos, caracoles,
como un lóbulo abierto que amanece
(escucha, escucha) entre la luz pisada.


Espadas como labios (1930-1931)

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