Retorno de Salvatore Quasimodo
Vienes, llegas, amigo a quien conocí un día
allá en Polonia, hablando
del combate del hombre
por alcanzar alguna vez el premio
de amanecer, tranquilo, en paz el mundo.
Vienes, vuelves a mí, retornas hoy en esta
última luz romana,
con un imperceptible cuchillo en la sonrisa,
aquella leve gracia del sur, dispuesta siempre
a convertirse en fiero llanto, en ira
contra la dura faz de nuestro tiempo.
Aquí estás vivo junto a mí. Es la hora
del atardecer. Mira.
Va a entrar la noche ya.
Pero la sombra a ti no te oscurece.
La iluminas tú. Canta.
Poema de Rafael Alberti
recogido en el libro Canciones del Alto Valle del Aniene
allá en Polonia, hablando
del combate del hombre
por alcanzar alguna vez el premio
de amanecer, tranquilo, en paz el mundo.
Vienes, vuelves a mí, retornas hoy en esta
última luz romana,
con un imperceptible cuchillo en la sonrisa,
aquella leve gracia del sur, dispuesta siempre
a convertirse en fiero llanto, en ira
contra la dura faz de nuestro tiempo.
Aquí estás vivo junto a mí. Es la hora
del atardecer. Mira.
Va a entrar la noche ya.
Pero la sombra a ti no te oscurece.
La iluminas tú. Canta.
Poema de Rafael Alberti
recogido en el libro Canciones del Alto Valle del Aniene
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