James Joyce
No había esperanza esta vez: era la tercera embolia. Noche tras noche pasaba yo por la casa (eran las vacaciones) y estudiaba el alumbrado cuadro de la ventana: y noche tras noche lo veía iluminado del mismo modo débil y parejo. Si hubiera muerto, pensaba yo, vería el reflejo de las velas en las oscuras persianas, ya que sabía que se deben colocar dos cirios a la cabecera del muerto. A menudo, él me decía: "No me queda mucho en este mundo", y yo pensaba que hablaba por hablar. Ahora supe que decía la verdad. Cada noche, al levantar la vista y contemplar la ventana, me repetía a mí mismo en voz baja la palabra "parálisis". Siempre me sonaba extraña en los oídos, como la palabra gnomón en Euclides y la "simonía" del catecismo. Pero ahora me sonó a cosa mala y llena de pecado. Me dio miedo y, sin embargo, ansiaba observar de cerca su trabajo maligno.
Fragmento del cuento Las hermanas, perteneciente al libro Dublineses, de James Joyce , fallecido el 13 de enero de 1941.
Un triste caso
Fragmento del cuento Las hermanas, perteneciente al libro Dublineses, de James Joyce , fallecido el 13 de enero de 1941.
Un triste caso
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