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Al_andar

Tormentas

Tormentas Las tormentas nos impiden hacer unas cosas, pero nos permiten prestar atención a otras. Yo descubrí su voz en una ocasión en que me vi sorprendido por una de ellas en pleno despoblado, a kilómetros del primer lugar habitado y sin un mísero árbol a la vista. En tal circunstancia, ¿qué puede hacerse sino dejar que el agua y los truenos nos abracen en su bárbaro rito? Desde entonces, y va ya para 25 años, he repetido la experiencia por puro placer.
La tormenta consigue ponerme en contacto con mi ser primordial, con aquella mínima parte de mí que no se ha visto contaminado por el progreso, la sociedad y todas esas cosas que hoy nos resultan imprescindibles.

A veces llueve, a veces hay tormentas,
pero siempre es un placer pasear por el Jardín 1003

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